La constante mirada del otro es la que define y condiciona las acciones del uno, una mirada en el sentido tácito que anula la distancia espacial entre las personas.Cada acción, cada acto y pensamiento, siempre nacerán y se formaran en virtud a la existencia de un otro, que según sea el caso lo juzgue o contemple.La estupidez como comportamiento en si, no esta exenta de ser examinada y ,en cierto modo, validada por un otro que observa.
Llegado a este punto podemos entender entonces que la estupidez es un juicio (o prejuicio) emitido por el otro para definir al uno.En ese caso, el uno (o sea el considerado estúpido) no tendrá expresamente la culpa de su estupidez, sino que solo pecara de ignorarla o de no compartir el juicio ajeno.El problema es que cuando el juicio ajeno no condice con el propio puede llegar a ser considerado como una "injuria" o "insulto" de parte del otro hacia el uno y esa valoración indefectiblemente se termina transformando en el ultimo escalón hacia la estupidez definitiva
Contemplarse a si mismo como un potencial estúpido en actividad anula la importancia del prejuicio ajeno.Un estúpido consciente de su grado de estupidez no se preocupa porque los demás piensen que es estúpido porque eso simplemente sería una estupidez.