¿Qué es ser inteligente?

Desde que nacemos somos arrojados a un mundo repleto de símbolos cuyos significados buscan hacer referencia a un objeto o a una sensación. Comúnmente una persona es considerada “inteligente” por la cantidad de símbolos y significados que pueda aprender (hacer inteligibles) o por la velocidad con las que pueda aplicar dichos conocimientos para un fin práctico inmediato. Si realmente tomamos esta idea como una definición de “inteligencia” debemos preguntarnos también en donde radica la diferencia de aprendizaje de cada individuo. La respuesta que salvaría esta hipótesis seria considerar que los factores externos que influyen en el individuo durante su crecimiento (la sociedad, sus amistades, su ambiente etc.) condicionan de distinta manera a la capacidad de captar los significados que el mundo nos ofrece. Pero con todo esto hemos olvidado algo muy importante. Suponer que simplemente somos maquinas receptoras de una realidad nos hace olvidar que esa realidad, esos símbolos y significados, también fueron productos de nuestra inteligencia. ¿Cómo podemos acaso pensar que la inteligencia se mide por la cantidad de saberes que podamos aprender o por la velocidad con los que sepamos aplicar? La inteligencia es la capacidad de crear.

Quizás en este punto, alguien me pueda objetar que la creación depende también de los conocimientos y factores que influyeron en la vida individual del sujeto creador. Las cosas que influyen en nuestra mente( lo que aprehendemos) se manifiestan como sentimientos encasillados en un concepto (por ejemplo todos sabemos lo que es sentirse mal).Pero ¿que es lo que nos lleva a suponer que lo que uno siente es igual a lo que siente el otro?Reunimos a los sentimientos mas comunes comparando sensaciones similares que poseen los demás y los agrupamos bajo una palabra (que generalmente no tiene relación alguna con el sentimiento en sí) y luego creemos que hemos simplificado al mundo.

Cada sentimiento en cada ser es único e irrepetible, puede tener cosas en común con algunos ajenos, pero no hay ignorar la intensidad con la que cada uno siente, los movimientos, cosquilleos, fluctuaciones que producen los sentimientos en cada organismo.

Lo que deberíamos llamar “inteligencia” no puede ser medido, porque depende de la manera de crear que tenga cada uno. Pero para asumir tal idea antes deberiamos dejar de creer que una persona es mas inteligente porque sabe mucho sobre algo o porque puede resolver una ecuación en segundos.

BAS